El término futurista "singularidad tecnológica" está entrando cada vez más en nuestras vidas. Según las previsiones más pesimistas de científicos y diversos expertos, a más tardar en 2030, este concepto pasará a formar parte de nuestra realidad. Entonces, ¿qué significa esta misteriosa frase? Numerosas enciclopedias modernas interpretan la singularidad tecnológica como un hipotético momento en el que el progreso tecnológico adquirirá tal velocidad y complejidad que será inaccesible al entendimiento humano.
En otras palabras, la inteligencia artificial alcanzará tal nivel de desarrollo en el que una persona puede convertirse en un competidor innecesario, si no peligroso, de las criaturas electrónicas "inteligentes". Desde hace más de una década, futurólogos y escritores de ciencia ficción nos asustan con una posible “revuelta de las máquinas”. Pero fue hace relativamente poco tiempo que este hipotético problema comenzó a ser discutido seriamente en los círculos científicos.
El término "singularidad tecnológica" se utilizó por primera vez en un artículo del matemático y escritor Vernon Vinge, presentado en 1993 en un simposio organizado por la NASAcon el Instituto Aeroespacial de Ohio. Pronto, los hechos vaticinados por el científico y comparables, en su opinión, con la aparición misma del hombre en el planeta, comenzaron a hacerse realidad.
La primera manifestación de un evento tan clave y trascendental como una singularidad tecnológica no se hizo esperar. El punto de inflexión en el desarrollo humano y la conciencia de las personas fue el año 1997. En mayo de ese año, el "monstruo" electrónico de una tonelada y media Deep Blue, equipado con 250 procesadores, diseñado por especialistas de IBM, derrotó al hasta entonces campeón mundial invicto Garry Kasparov en un tenaz e intenso duelo de ajedrez. En ese momento, quedó claro que el mundo nunca volvería a ser el mismo…
El transcurso de este duelo, quizás el enfrentamiento más significativo en la historia de la civilización humana, merece especial atención. El gran maestro ganó la primera partida sin ningún problema. Al comienzo de la segunda, Kasparov, tratando de atraer a su oponente electrónico a una trampa inteligente, sacrificó dos peones.
Deep Blue esta vez estuvo pensando (si se puede llamar así) durante un tiempo inusualmente largo, casi un cuarto de hora. Aunque antes de eso no dedicaba más de tres minutos a tomar decisiones. Y solo cuando hubo una amenaza real de tener problemas de tiempo, la máquina hizo un movimiento de regreso. El resultado fue sombrío para la mente humana. La máquina no aceptó el sacrificio, ganó el juego…
Los siguientes tres terminaron en empate. Pero la computadora ganó el último juego con un estilo brillante, nodejando al hombre sin posibilidad. En él, Deep Blue simplemente derrotó al gran gran maestro. Entonces, la humanidad ha aprendido acerca de una nueva generación de máquinas electrónicas, cuya inteligencia supera a la humana. Y que tienen una capacidad de aprendizaje increíble.
Los autos modernos han ido aún más lejos. Los neurocientíficos afirman que la capacidad computacional del cerebro humano es de unos cien billones de operaciones por segundo. La memoria consciente de una persona promedio es de solo 2,5 gigabytes. Y la velocidad operativa de las supercomputadoras de hoy es una velocidad de 115 billones. En cuanto al tamaño del dispositivo de almacenamiento, no se puede ampliar. Al mismo tiempo, no conocen la fatiga, la mala salud, las dudas, las vacilaciones y otras debilidades humanas. Por lo tanto, los futurólogos creen que la singularidad tecnológica es inevitable.
Por supuesto, las biotecnologías modernas son muy capaces de proporcionar a la humanidad los medios para mejorar las habilidades intelectuales naturales. Lo que conducirá a la aparición de un fenómeno como la singularidad de la conciencia. En este caso, la persona corre el riesgo de convertirse en parte de la interfaz hombre-máquina. Y entonces será imposible predecir el desarrollo posterior de nuestra civilización, basado en los principios de la sociología y las normas de comportamiento habituales. La situación simplemente se saldrá del control humano en el sentido tradicional.